sábado, 25 de julio de 2009

Romanticismo

En la actualidad parece ser que la sexualidad es el medio de comunicación social más extendido. Digo sexualidad, no sexo, para referirme al sentido práctico de ejercer la actividad. Resulta ser que lo que hasta fines del siglo XX al iniciar una relación con otra persona los primeros indicios sobre ese acercamiento eran evidencias románticas: cartas de amor, regalo de flores, invitación a cenar. Luego se prosegía con el cortejo con besos apasionados donde primaba el estar juntos aunque las relaciones sexuales esperaran pasos más trascendentales en la evolución de la relación. El sexo en sí se lograba cuando la pareja se había afianzado lo suficiente para continuar con ese paso íntimo. Luego de haber adquirido las primeras experiencias sexuales como pareja el románticismo continuaba por años, aunque con el paso del tiempo el "dejarse estar" abandonaba las escenas románticas del pasado noviazgo.

Algo cambió, si bien los procedimientos no deben ser mecánicos se ha mecanizado dando lugar a un esquema de practicidad que determina al romanticismo como un elemento casi accesorio. Para poder darse cuenta de los cambios en la sociedad debemos tener en cuenta los sucesos que se han dado progresivamente. Las crisis económicas afectan las costumbres entre otros cambios fundamentales. La trascendencia de los medios de comunicación no convencionales ha influído notablemente. La aparición de internet y su desarrollo abrió las puertas al conocimiento de los hábitos y costumbres sexuales de distintos grupos, que en la historia no han hecho otra cosa que "modernizar" algo ya preexistente. La literatura, como otro medio de expresión social, siempre ha mantenido una relación con la sexualidad, la modalidad de esta relación es un reflejo verdadero de la evolución histórica de las sociedades. Allí si ha habido cambios. En la literatura. la evolución de la escritura, ha producido hechos mas que notables en favor de su propio medio.

El histrionismo, la exageración con que algunos grupos sociales ven al erotismo como "el mal del siglo XXI" no es significativo, es involutivo. Tampoco soy partidaria de la pronografía. Para ser franca, ninguno de los grupos familiares en el mundo lleva a la práctica las acciones pornográficas que se ven en internet. Las imagenes y videos que se pueden encontrar en estos sitios son simples detonadores de la líbido. Recuerdo que en una entrevista de un canal de TV a un productor, director y actor porno él confesaba que sus producciones estaban destinadas generalmente a hombres o mujeres que momentáneamente estaban solos, que necesitan de la estimulación visual como entretenimiento, para adultos por cierto. Esto también le puede resultar estimulante a la pareja, si ambos están de acuerdo. La maduración sexual no tiene códigos predefinidos, los establecen los interesados en el goce. Las reglas son prácticas, nadie hace lo que se le da la gana, la participación es complementaria: el uno para con el otro. De eso se trata vivir en sociedad.

3 comentarios:

  1. Me gusta esta nota. Es cierto que algunas cosas románticas estan dando paso a una sexualidad más práctica, digamos. De todas maneras yo creo que el romance, el cariño, las caricias son parte de nuestra feminidad. Nunca abandonaremos nuestra naturaleza, nuestra manera de ser. El sexo tiene variantes, estilos, técnicas, etc. Pero siempre busca el placer como objetivo, el placer íntegral, físico y espiritual. Si para lograrlo se llega por las vías que la pareja ha elegido, ¡¡¡bienvenida su felicidad!!!

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  2. Todas las mujeres somos románticas por naturaleza, quien no se desvive por una cena con la persona que ama a la luz de las velas a orillas de un lago. Eso es posible, gracias a la crisis global internacional, unas pocas veces al año. Pero nos arreglamos con pequeñas atenciones cotidianas, con un beso inesperado, una mirada dulce, hasta una postal virtual aunque sea. Todo depende de la actitud que el hombre tenga para con nosostras. La dulzura no es una mirada tonta, es llegar con los ojos al corazón desde el alma.

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  3. Yo soy una romántica empedernida. Lloro por cualquier cosa. Con las películas, lo que le pasa a mis amigas y ni qué hablar si algo me pasa a mí; sea bueno o sea malo. Pienso que todas las mujeres tenemos esa sensibilidad, lo que nos hace más reflexivas al momento de elegir situaciones amorosas. Tememos por un corazón roto. Claro que aprendemos y buscamos otra oportunidad si una relación no ha funcionado. Así somos.

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