miércoles, 13 de enero de 2010

Masturbacion




A lo largo de la historia siempre hubo voces que gritaron que la masturbación era un acto inmoral. Y la base de tal criterio estaba en que la masturbación impedía que la especie humana se mantuviera viva sobre el planeta. Eso era evidente en el caso de la masturbación masculina por la emisión improductiva de semen. Y en el caso de la masturbación femenina también, pues, creían, si las mujeres se masturbaban podrían alejarse de los hombres por preferir auto complacerse.
No fue hasta el siglo XVIII que al supuesto "daño moral" que ocasionaba la masturbación se añadió el "daño físico" y comenzó a decirse que la masturbación, además de condenar las almas, ocasionaba un número increíble de enfermedades. Se idearon muchos métodos para descubrir a los niños y niñas masturbadores, y se crearon numerosos remedios contra la masturbación. Algunos de ellos era: comer regularmente copos de maíz (lo dijo el médico apellidado Kellogg, dueño de la famosa marca), guantes ásperos, aparatos especiales que impedían acceder a los genitales, descargas eléctricas, tratar los genitales con ortigas, o extirparlos quirúrgicamente.
En décadas posteriores, el terrorismo psicológico reemplazó a las otras medidas. Por ejemplo, se decía a los niños que si se masturbaban les crecerían pelos en las manos, la cara se le volvería verde, se les secaría el pene o el clítoris, se volverían locos, les saldrían granos en la cara... En los EE. UU. y otros países angloparlantes, se comenzó a practicar de forma rutinaria la circuncisión neonatal debido a un supuesto efecto preventivo contra la masturbación y la clitoridectomía a las chicas que eran descubiertas haciéndolo. Esta última se abandonó bien entrados los años treinta, pero la circuncisión neonatal de los varones se sigue practicando (evidentemente con poco éxito, dada la gran extensión de la masturbación).

Existen variantes en la masturbación, esto depende de distintos factores y cada técnica de masturbación es individual. La mayoría de los hombres se masturban agarrando el pene con la mano, moviéndola de arriba hacia abajo o de atrás hacia adelante, según la postura del individuo.
La mayoría de las mujeres se masturba estimulando la zona del clítoris. Una cuarta parte de ellas suelen añadir también el estímulo vaginal introduciéndose sus dedos, consoladores o vibradores, para incrementar la sensación placentera. Pero el estímulo exclusivo de la vagina para masturbarse es un procedimiento extremadamente minoritario.
El análisis de las estadísticas arrojan como cifra probable de hombres que se masturban la del 92% ó 94%. Para las mujeres, los datos son más inseguros por la conocida inhibición femenina a la hora de reconocer esta práctica. Pero del estudio de las diferentes cifras manejadas por los investigadores, se sabe que se masturban entre el 85% y el 93% de las mujeres, en conjunto. Si el análisis se centra sólo en las mujeres orgásmicas (y lo es el 90% de la población femenina), se encuentra que se masturban entre el 91% y el 99% de ellas, prácticamente todas.
La masturbación no produce aislamiento. Ya se ha comprobado que la mayoría de los seres humanos se masturban y tienen relaciones sexuales sin ser por eso seres aislados.
Lo que sí sucede es lo contrario. Es decir, las personas aisladas que no saben relacionarse con los demás, sólo pueden desarrollar una forma de satisfacción sexual: la masturbación. Pero no porque recurran a ella como consuelo. Se masturban como todos los demás, pero no son capaces de desarrollar la actividad sexual que apetece compartir con otras personas; porque no son capaces de relacionarse con esas personas.